Cuando en nuestras clases nos centramos abiertamente en crear un estado positivo para el aprendizaje, empezamos a establecer en los cerebros de los alumnos, unas asociaciones entre el aprendizaje y el placer que les va a durar toda la vida. Ian Gilbert
Las emociones positivas tienen efectos beneficiosos sobre el aprendizaje al mejorar procesos relacionados con la atención, la memoria o la resolución creativa de problemas. Por ello, en el aula tenemos que estar continuamente reforzándolas.
Lo primero que vamos a hacer en el aula será una lluvia de ideas acerca de las conductas positivas que podemos llevar a cabo en el aula, siempre favoreciendo la inclusión de nuestros alumnos con TEA.
En nuestra lluvia de ideas han salido las siguientes:
Una vez realizada la lluvia de ideas, hemos escogido tres conductas positivas que podemos reforzar diariamente en el aula:
- No gritamos.
- No pegar.
- No hablar en clase.
Para esta actividad, hemos realizado un cuadro de registro en formato digital llamado "El semáforo de las estrellas". En este cuadro aparecerán las conductas positivas y el nombre de todos nuestros alumnos/as. El registro se realizará diariamente en clase, poniendo una estrella de color verde a aquel alumno/a que haya realizado bien la conducta positiva. Para aquel alumno/a que no la haya realizado, se colocará una estrella de color rojo. Todos los alumnos/as al final del día, deberán colocar su estrella, fomentando así la participación de todos/as.
Al final de la semana se contarán las estrellas y se premiará con un diploma a los alumnos/as que obtengan 5 estrellas verdes de cada conducta positiva.
El cuadro de registro se llevará a cabo a través de pictogramas para favorecer la inclusión de los alumnos/as con TEA.
